Reportaje
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- Diciembre 20, 2019
CONFLICTO DE DELTA DEL NÍGER
¿Qué está ocurriendo?
Nigeria es el país más poblado y desarrollado de África. El motivo principal de este nivel de desarrollo se debe a que el país tiene el mayor productor de petróleo de todo el continente africano, y más concretamente de la región del Delta del Níger.
El Delta del río Níger abarca 75.000 kilómetros cuadrados en la zona sur de Nigeria (7.5% del territorio nigeriano). Según el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), allí viven unos 30 millones de personas organizadas en una numerosa variedad de grupos étnicos (los efik, ibibio, iggo, uoruba, kalabari, etc.), cuyos integrantes no superan los 5.000 individuos. La riqueza en recursos naturales de la zona es la mayor del país debido a que la selva forma un paisaje de tierras agrícolas, bosques y acuíferos, que provoca un gran valor en biodiversidad. “Una biodiversidad amenazada desde los sesenta, cuando comenzó la explotación petrolera.” (Borrás, C. 2017)
La industria del petróleo comenzó su actividad de extracción en esta zona en el año 1958 gracias al descubrimiento de petróleo en la pequeña comunidad de Oloibiri (Bayelsa) por parte de la empresa petrolera Shell British Petroleum. De ahí en adelante, la actividad petrolera ha ido en aumento y la presencia de empresas petrolíferas no ha cesado de crecer y e incluso desbordar a esta zona. Los miles de kilómetros cuadrados de las industrias que se encuentran en la zona se localizan en emplazamientos muy cercanos a las comunidades, provocando numerosos problemas como la contaminación del agua o del medio ambiente, entre otros.
El sector del gas junto con el del petróleo representa el 97% del total de los ingresos de Nigeria. A pesar de esto, más del 70% de la población de Nigeria vive en un estado de pobreza y mala calidad de vida. La deuda externa del país representa el 90% del PIB, y la violencia, la anulación de derechos humanos y la inseguridad de la sociedad siguen estando presentes, incrementándose especialmente en la zona del Delta del Níger.
Esta desigualdad y situación de extrema pobreza en la zona viene dada por muchas causas que analizaremos a lo largo del presente trabajo en mayor profundidad. A modo de introducción, estableceremos las líneas generales de nuestro análisis. En primer lugar, la presencia de multitud de empresas internacionales en la zona, cuyo objetivo principal es el enriquecimiento económico y la búsqueda constante de éxito respecto a sus competidores, hace que todas las extracciones que se llevan a cabo en la zona sean exportadas sin que el coste de esas operaciones sea percibido por el país, lo que impide su desarrollo. Por otro lado, y erigiéndose como causa también fundamental de este conflicto e inseguridad de la zona, encontramos un gran número de grupos armados que invaden esta zona del Delta del Níger para arrasar e intentar controlar etsos recursos petrolíferos tan demandados hoy en día.
Más allá de todo esto, las presencias de industrias petroleras internacionales en la zona ha provocado numerosos derrames (más de 3.000 desde 2006). Todo ello ha derivado en que esta zona del Delta del Níger sea considerada uno de los 10 lugares más contaminados del mundo y más concretamente, tras el vertido de Shell en 2008. El Programa de la ONU sobre Medio Ambiente (PNUMA) redactó en numerosos informes que el Delta del Níger estaba constituido por la pobreza, el desempleo, la contaminación, la negligencia del gobierno y los conflictos presentes en la zona.
Empresas multinacionales petrolíferas
Nigeria es el mayor productor de petróleo en África y el 11 más grande del mundo con 37 mil millones de barriles de reservas de petróleo comprobadas. Estas enormes reservas y la gran cantidad de las terminales de explotación petrolífera están ubicadas en el sur del país, en la región del Delta del Níger, que en las últimas décadas se ha convertido en la zona del conflicto persistente.
El papel muy importante en este conflicto juegan grandes empresas multinacionales petrolíferas. Hoy en día hay unas 20 compañías petroleras internacionales que operan en Nigeria, con algunos actores dominantes como Shell, Exxon / Mobil, Chevron / Texaco, Elf y Agip, que representan más de 90% de la producción de petróleo crudo. Algunas de estas empresas, como Shell, han tenido presencia en Nigeria desde la década de 1950; por lo tanto, es importante examinar el impacto a largo plazo de su presencia y políticas en las tribus y los pueblos de la costa del delta del Níger. Las consecuencias más graves de la perforación y producción de petróleo en el Delta son la persistencia de disturbios, violencia y empobrecimiento de la población de la región, así como la degradación de los recursos naturales y del medio ambiente.
El conflicto empezó a fines de los 1980s, cuando varios grupos tribales indígenas comenzaron a expresar su preocupación por las operaciones de las compañías petroleras internacionales en el Delta del Níger. El más grande y más conocido de los grupos fue Ogoni, un pueblo indígena de (ahora) casi 1 millón de personas. Los Ogoni y otros grupos étnicos se quejaban de que Shell, Mobil y otras compañías petroleras estaban prosperando a su costa, ya que los grupos étnicos no veían la riqueza generada por la producción de petróleo y solo sufrían las consecuencias de la degradación ambiental generalizada causada por los esfuerzos de exploración y producción.
En 1990 se formó el Movimiento para la Supervivencia del Pueblo Ogoni (MOSOP), dirigido por el autor y activista ambiental Ken Saro-Wiwa,que se radicalizó con su ejecución en 1995. En los últimos años, miles de personas han sido atrapados y masacrados en el conflicto entre las compañías petroleras respaldadas por el ejército y las pandillas tribales, así como los militantes locales, e incluso los ambientalistas. A principios de 2006 surgió un nuevo grupo: el Movimiento para la Emancipación del Delta del Níger (MEND), cuyo objetivo era destruir la capacidad del gobierno de Nigeria de producir y exportar petróleo y demostrar que el gobierno no podía proteger el personal o los activos de la empresa petrolera. De hecho, MEND advirtió que las compañías petroleras y su personal deberían abandonar el Delta del Níger mientras pudieran, o probablemente morirían. El gobierno nigeriano intentaba sofocar los ataques rebeldes con una combinación de fuerza militar y apaciguamiento, pero sus acciones eran ineficaces. Además, en febrero de 2016, un nuevo grupo, los Vengadores del Delta del Níger (NDA), apareció en escena. NDA tiene los mismos objetivos que MEND, es decir, echar a las compañías petroleras del Delta del Níger y dar a las personas que viven allí el mayor control posible sobre las operaciones petroleras. Por lo tanto, el conflicto en esta zona sigue siendo atroz, y más adelante todos los grupos armados actuales en Nigeria estarán analizados.
Volviendo al tema del impacto de las grandes empresas petroleras hay que decir que casi todas las grandes compañías petroleras multinacionales que operan en el Delta del Níger emplean los estándares ambientales, de salud pública y de derechos humanos y relaciones con las comunidades locales inadecuados. Lejos de ser una fuerza positiva, estas compañías petroleras actúan como una fuerza desestabilizadora, uniendo a una comunidad contra otra y actuando como un catalizador del conflicto violento, que cuenta con el apoyo del gobierno y los militares.
Nigeria es el 11 productor de petróleo del mundo, pero hasta hace poco sufría de una escasez crónica de combustible y tenía que importarlo de otras naciones productoras de petróleo. Aunque el gobierno es un 55-60% accionista en las operaciones petroleras y gana miles de millones en regalías cada año, la infraestructura local está en ruinas, la escasez de alimentos abunda y la desnutrición es común entre los niños del Delta del Níger. Las regiones del delta del Níger antes conocidas por sus condiciones ideales para una economía pesquera, después de más de cuatro décadas de las acciones de las compañías petroleras en su territorio se han hecho áridos. La tierra ha sido seriamente dañada y reducida a tierra baldía. La población local no puede satisfacer más sus necesidades con la agricultura y pesca por la destrucción terrible del medio ambiente causada por las acciones de grandes empresas petrolíferas.
A la sombra de esta industria de la riqueza millones de habitantes del Delta del Níger viven en la miseria y luchan cada día por sobrevivir. Es una tragedia ver tanto petróleo extraído de las mismas tierras donde la pobreza extrema se ha institucionalizado y se considera algo habitual. Durante los últimos 40 años, miles de millones de dólares se obtienen cada año por millones de barriles de petróleo extraídos. Mientras tanto, los habitantes de esta zona tan rica en los recursos naturales sufren por el conflicto violento, la pobreza, la malnutrición, el alto desempleo, los cultivos deficientes, la disminución de las pesquerías silvestres, las aguas envenenadas, los bosques moribundos y etc. ¿Qué más pueden las compañías petroleras quitarle a esta gente? Y, ¿qué se les debe exigir para devolver?
Grupos armados en Nigeria
Entre los problemas que ha acarreado la extracción de petróleo, cabe destacar la formación de grupos armados localizados cerca del Delta de Niger (Delta) y que son parte del conflicto en esta zona. La crisis del Delta se ha desarrollado por los conflictos entre grupos armados, corporaciones transnacionales, empresas-petroleras y el gobierno por el control del petróleo. (Obi & Aas Rustad, 2011)
Un grupo armado se define como un conjunto de actores organizados con acceso a armas y que siguen una agenda específica. Como consecuencia a la proliferación de armas en Nigeria han emergido varios grupos armados. Hay seis grupos armados con impacto significativo en el Delta, según la prensa local Legit y Ventures de Nigeria. Cada uno de los seis tiene motivos propios, sin embargo, el petróleo es un factor vital para todos los actores en la región.
1) Niger Delta Avengers (NDA) trata de obtener soberanía amenazando con interrumpir la economía del lugar. Para obtener su objetivo atacan a instalaciones petroleras.
2) Niger Delta Liberation Front (NDLF), quiere lo mismo que NDA, pero, estos están vinculados con la MEND y no son tan fuertes como la NDA.
3) Movement for the Emancipation of the Niger Delta (MEND) está formado por un grupo étnico de los Ljaw´s. Quiere exponer la opresión de la población en el Delta de Niger por los efectos negativos al medio ambiente que haya tenido la extracción del petróleo por empresas privadas y estatales en cooperación con el gobierno de Nigeria. No quiere que ni el gobierno o las empresas tengan total control del petróleo, así que todos puedan beneficiar.
4) Niger Delta People´s Volunteer Force (NDPVF), también un grupo étnico de Ljaw. Quiere obtener control de los recursos petroleros en la región, especialmente en el estado Delta. Han tenido muchos conflictos con la NDV.
5) Niger Delta Vigilance (NDV) También de los Ljaw´s y al igual que el NDPVF quieren obtener control de los recursos petroleros. Por esta razón han tenido varios choques con los de NDPVF donde el Gobierno de Nigeria ha tenido que intervenir.
6) Gobierno Federal, fue un actor fuerte en su momento, pero, ha perdido mucha influencia por falta de ingresos como resultado al vandalismo a los instituciones petroleras El 90% de los ingresos vienen del petróleo, y cuando los grupos armados los han atacado ha afectado a la economía nigeriana, lo que finalmente ha debilitado al Gobierno. (Nathaniel, 2016)
Los grupos armados del Delta son parte de un conflicto donde todos los actores tiene el mismo objetivo, obtener control del petróleo. El petróleo es hoy en día el recurso clave para llegar al poder, es vital para la economía nigeriana. Sin embargo, las desigualdades entre los grupos armados, su orientación étnica y la búsqueda de soberanía hace que ninguno de ellos haya tenido de momento la oportunidad de obtener ese control.
Impacto medioambiental
Adoptando el nombre de Excremento del Diablo por algunos, el petróleo se ha llevado muchas vidas de quienes lo sufren en primera persona. Pero, ¿cómo afecta al ecosistema los procesos llevados a cabo? Los problemas ambientales creados alrededor del oro negro no son pocos. Los vertidos de petróleo, su derrame y la quema de gases llevan varias décadas contaminando el territorio. Tanto el suelo como el agua y la calidad del aire sufren tales daños que tienen como consecuencia un impacto negativo en la vida de muchos de los habitantes de la zona. Los sectores más pobres de la población son los que más lo sufren; más del 60% de los lugareños dependen del entorno natural para subsistir con prácticas como la agricultura y la pesca.
La degradación medioambiental a la que se exponen interfiere en el pleno desarrollo y disfrute de los derechos humanos de los habitantes, exponiéndolos a riesgos significativos. Un informe realizado por Amnistía Internacional resalta las cuestiones relativas a las violaciones del derecho a un nivel de vida adecuado, el derecho a ganarse la vida, al agua, a la falta de vigilancia del impacto humano y la falta de recursos efectivos para quienes sus derechos hayan sido quebrantados.
Desde el 2006 las empresas petrolíferas obstaculizan gravemente+ el ciclo natural del ecosistema. En el proceso de extracción y posterior utilización y venta, el petróleo daña la calidad de las tierras, afectando a las cosechas, y lo mismo ocurre con el agua, donde su contaminación afecta no solo a los bancos de peces que sirven de alimento a las familias, si no a la utilización misma del agua. Incluso el agua de la lluvia, que es la que beben los habitantes está contaminada por el hollín de las llamaradas de gas, formando lluvia ácida.
Cada día hay derrames de combustible, dejando a su paso una ristra de residuos de composiciones químicas distintas. La razón de tan alta frecuencia de vertidos es la corrosión de las tuberías, la deficiencia del mantenimiento de las infraestructuras petrolíferas, los escapes, los errores humanos y el vandalismo. Pero las multinacionales achacan el problema únicamente al sabotaje, culpando únicamente a los actos de sabotaje y robo de petróleo que al no ser profesionales cometen errores que llevan al derrame de residuos, eximiéndose de toda culpa y evitando pagar las indemnizaciones que les correspondería por no cuidar sus instalaciones.
El resultado, sustancias tóxicas y víctimas prematuras. Constantes enfermedades respiratorias y un alto porcentaje de padecimiento de cáncer, los habitantes de la zona luchan como pueden contra la contaminación y expropiación de su territorio. Protestan y culpan a las multinacionales y al propio gobierno de empobrecimiento de la región y reclaman sus derechos. Las dos principales etnias de la zona, los igbo y los yorubas han creado movimientos fuertes que han conseguido captar la atención de varias ONGs, tanto locales como internacionales que se han involucrado en la causa difundiendo y visibilizando la situación del país hacia fuera para que sea internacionalmente escuchado y luchando junto con los locales por la defensa de los derechos medioambientales. Organizaciones como Amnistía Internacional, Human Right Watch o Niger Delta Human and Enviromental Rescue Organization se han unido creando un foco de atención específico para esta causa. Predomina un sentimiento de justicia al ver que las empresas no tienen obligación por parte de las autoridades a realizar la exploración y explotación de una manera autoridades no obligan a las empresas a realizar la explotación petrolera de forma sostenible y razonable.
Allí donde el olor a gasolina lo impregna todo, el aire no es limpio, la fauna se ha reducido considerablemente y sobre el agua se posa una capa aceitosa, James Alagoa, miliciano o “freedom fighter” expresa su enfado con las siguientes palabras “A causa del petróleo no hay pesca, los campos mueren, el agua que bebemos está contaminada... Entonces, a veces explotamos (...) Vosotros [los blancos] sois la razón de nuestros problemas; y también el Gobierno, que se mezcla con vosotros”.
Un estudio realizado por un equipo de expertos del medio ambiente nigerianos e internacionales afirma que ““Los daños causados por las actividades petroleras son crónicos y acumulativos, han actuado en sinergia con otras fuentes de estrés medioambiental para producir un ecosistema litoral gravemente afectado y han puesto en peligro los medios de sustento de la empobrecida población de la región”. A estas alturas, prevenir es imposible, la polución se ha convertido en un fenómeno endémico que persiste dentro de una lucha socioeconómica donde como es habitual, los más pobres so los que salen desfavorecidos. Pero, a falta de la posibilidad de prevenir, se puede curar. Según un alto funcionario del Ministerio del Medio Ambiente del Estado de Rivers “los residuos de la industria petrolera del delta que deberían ser tratados son vertidos y afloran en el agua de superficie”. La eliminación de residuos no se controla y su eliminación de hace de forma indiscriminada. También pueden ocurrir incendios. Si no se limpian y contienen los vertidos, también aumenta la posibilidad de grandes incendios con devastadores resultados, como fue la explosión y consiguiente incendio en una localidad de Jesse en 1998; más de 1.000 personas perdieron la vida.
La población, con el apoyo de diferentes asociaciones y organizaciones, reclama un proceso de rehabilitación rápido y efectivo. Si la situación se mantiene, se mantiene también la situación deplorable de la población, incrementando la pobreza y reduciendo sus medios de vida. Hay empresas que muestran orgullosas sus planes de acciones resolutivas, pero suelen ser procesos lentos e insuficientes para que sean verdaderamente efectivos.
CONCLUSIONES
A modo de conclusión podemos afirmar que la presencia de la industria del petróleo en Nigeria, lejos de ser una fuente de riqueza económica para el país, se ha convertido en un problema enquistado. Los gobiernos no hacen prácticamente nada para resolver la problemática, no se involucran en el conflicto ya que no les interesa. Tanto el propio gobierno del país como otras organizaciones nacionales e internacionales, por ejemplo, la ONU, tampoco se preocupan por esta situación debido a que su interés se centra en los beneficios económicos que puedan adquirir, en detrimento de la seguridad de los ciudadanos, la calidad del medioambiente o la salvaguardia de los derechos humanos fundamentales.
Como se ha visto, las consecuencias de la sobreexplotación del petróleo en esta zona son muchas y muy graves. Más del 60% de las personas que viven en el delta del Níger dependen de actividades como la pesca o la agricultura y necesitan de un medio ambiente estable y sostenible. Actualmente, esta sostenibilidad se ha teñido de negro debido al impacto contaminante de la industria petrolera de la zona. Como consecuencia de lo mismo, la esperanza de vida de las diversas comunidades rurales que habitan la zona se ha reducido a menos de 40 años, y éstas siguen viviendo bajo el umbral de pobreza.
Sin restar importancia a esta problemática derivada del petróleo, es preciso hacer alusión a otro importante obstáculo con el que se encuentra el país en su camino hacia el desarrollo. Nos referimos a los medios y a la gestión de la información, o más concretamente, la desinformación. Los medios de comunicación occidentales no muestran la situación real del país, situación que, o bien no se comenta, o se muestran noticias desactualizadas, parciales o sesgadas.
La globalización impera en nuestro día a día, y apenas ningún país puede alejarse de ella. Por esta razón, occidente, en primer lugar, y el resto de países no deberían mirar para otro lado ante problemáticas de esta magnitud. Tampoco las organizaciones internacionales, como actores globales e influyentes, deberían anteponer sus intereses económicos a la integridad de un país como Nigeria.