Jojo Rabbit. La virtud no exime al pecado.
- UACH
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- Enero 28, 2020
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Por: Carlos Alexis Jiménez Pineda
En mi trabajo anterior abarcaba el problema de la idealización de ciertos personajes dentro de la ficción general. Esta problemática no sólo entra en los personajes explícitamente ficticios, sino que también entran en juego grandes instituciones como lo son el ejército, mayoritariamente el americano, que son retratados como grupos militares que solo seguían órdenes.
Por contraposición, y gracias a la cantidad abismal de películas ambientadas durante la segunda guerra mundial, la imagen del pueblo Alemán durante el mandato del tercer Reich, a excepción de la comunidad judía, es la de aristócratas sin conciencia que sirven ciegamente a una causa con bases debatibles. Son pocas las películas que ponen al pueblo Alemán bajo un lente humano. Afortunadamente, tenemos Jojo Rabbit.
Jojo Rabbit nos cuenta la historia de Jojo, un niño de 10 años que ha crecido rodeado de la propaganda del partido Nazi, por lo que demuestra una devoción ciega a la figura de Hitler, quien resulta ser también su mejor amigo (imaginario, por supuesto). La vida de Jojo y sus ideales se tambalean cuando descubre que su mamá resguarda a una adolescente judía, desafiando así las leyes establecidas.
El primer acercamiento puede ser algo brusco. Estamos hablando de una comedia satírica que busca burlarse del nazismo y su influencia a través de un infante inocente como lo es Jojo. Y esta es otra oportunidad que tiene un director americano para burlarse y enaltecer al ejército aliado. Pero dista mucho de la realidad.
En la película de Taika Waititi (director de Jojo Rabbit), los nazis se nos muestran como ambas caras de la moneda. No podemos negar que el inicio, con esa burla sobre los kindergarten (campos en los que se entrenaba a los jóvenes alemanes desde niños para que siguieran ciegamente Hitler), uno podría hallarse confundido. Pero la brillante sátira y la humanización a agentes del ejército enemigo por excelencia se esconden detrás de estos detalles.
Dentro de las filas de los nazis encontrábamos personas que debían seguir las directrices de Hitler porque no tenían otra opción para sobrevivir. Nos encontramos con agentes que debían ocultar su orientación sexual para que no se les persiguiera a ellos o a sus seres queridos.
Otro punto a favor en esta obra son las mujeres. En otras películas de guerra, las mujeres son delegadas a la figura dramática que sufre por la pérdida de un ser, casi siempre un esposo o hijo. Pero aquí, las mujeres pasan por varias facetas, tanto el cliché de la mujer delegada a la tarea de criar (y crear) hijos, hasta las que luchaban por defender un país de la visión de un hombre enfermo por el poder.
En pocas palabras, y para no entrar en más detalles de la historia, Jojo Rabbit sabe utilizar sus temas para transmitir un mensaje sobre el racismo, el cariño, la familia y el amor sentimental. Mi recomendación es que asistan a ver esta película que no sólo es una caricatura del nazismo, como lo son otras tantas.